Ejercer la profesión no es tan sencillo como parece, no todas las personas al término de sus estudios lo consiguen , hay quienes si y son ellas las que encontrarán múltiples satisfacciones a lo largo de sus vidas, los que no podemos entrar al campo de nuestra profesión de manera inmediata lo hacemos muchos años después y cuando lo logramos ,la satisfacción es enorme, pues no todos pueden hacerlo y ejercer una carrera para la que nos preparamos con tanto esfuerzo es inmensamente gratificante .
Desde hace un tiempo tomé esa decisión y no ha sido fácil, aun pienso que las cosas no saldrán bien, pero como dice el dicho "al toro por las astas". Hay que actuar y hacerlo bien, nadie sabe si las cosas irán por buen camino, solo hay que hacerlo y ya.
No es que me olvide de la educación, no ,eso no podría, nací, en cuna de educadores, esa es mi vocación y lo se, siento que respiro cuando estoy en un aula, por mis poros siento el amor por la educación pero al mismo tiempo suspiro por el derecho, es como un amante con dos amores de los cuales no ha podido separarse nunca, es ardorosa la lucha y no creo que venza el derecho o la educación, pues eso quise hacer y casi muero en el intento.
El legado de mis abuelos y de mis padres me llevan a ambas carreras, mis abuelos fueron educadores y probos magistrados, de ellos aprendí el amor al derecho, especialmente de mi abuelito Julio Fernando, quien me enseñó a vivir por el derecho y en el derecho sin desprenderme de ese hálito de educadora que todos los miembros de mi familia llevan en si mismos y de mi abuelito Raul Alejandro, a quien no pude conocer, pero que sin embargo a través de mi madre pude darme cuenta de lo valioso que fue para el su desempeño profesional ,al punto de dejar a su familia por la consecución de sus aspiraciones profesionales, sin abandonarlos supo a la distancia trasmitirles principios a su familia, los cuales serián con el paso de las décadas los que coronarían a sus bisnietos.
Desde hace un tiempo tomé esa decisión y no ha sido fácil, aun pienso que las cosas no saldrán bien, pero como dice el dicho "al toro por las astas". Hay que actuar y hacerlo bien, nadie sabe si las cosas irán por buen camino, solo hay que hacerlo y ya.
No es que me olvide de la educación, no ,eso no podría, nací, en cuna de educadores, esa es mi vocación y lo se, siento que respiro cuando estoy en un aula, por mis poros siento el amor por la educación pero al mismo tiempo suspiro por el derecho, es como un amante con dos amores de los cuales no ha podido separarse nunca, es ardorosa la lucha y no creo que venza el derecho o la educación, pues eso quise hacer y casi muero en el intento.
El legado de mis abuelos y de mis padres me llevan a ambas carreras, mis abuelos fueron educadores y probos magistrados, de ellos aprendí el amor al derecho, especialmente de mi abuelito Julio Fernando, quien me enseñó a vivir por el derecho y en el derecho sin desprenderme de ese hálito de educadora que todos los miembros de mi familia llevan en si mismos y de mi abuelito Raul Alejandro, a quien no pude conocer, pero que sin embargo a través de mi madre pude darme cuenta de lo valioso que fue para el su desempeño profesional ,al punto de dejar a su familia por la consecución de sus aspiraciones profesionales, sin abandonarlos supo a la distancia trasmitirles principios a su familia, los cuales serián con el paso de las décadas los que coronarían a sus bisnietos.